¿Cómo describir lo que ocurre tras mis ojos en ese instante en el que todo se detiene?
Te desato las manos, te quito la venda.
-Estoy acá. Mirame… -te digo dulcemente.
Tengo un plan: acompañarte mientras repintas tu pared.
-La pared puede volver a ser blanca. Y una vez que la pintes, si
queres, armamos un boceto. Y transferimos el diseño. ¿Te parece?-mi voz
se pierde en la habitación.
Intento mostrarte el tarro de pintura blanca que todavía esta cerrado.
Intento mostrarte el pincel.
-Esto es algo en lo que no puedo más que acompañarte. ¿Te espero?
Te espero en cuclillas. Mirando los veloces relojes en tus muñecas. Me aburro, desespero. Me hastío.
-Lo siento, ya debo irme.
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