Mas de lo mismo

Te vas.
Esas determinaciones estúpidas a las que ya estoy acostumbrada.
Siempre sos vos saliendo por esa puerta,
pero no se quien es el que regresa.
Trato de adivinar.
¿Seguirás riéndote sin emitir sonido?
¿Habrán desaparecido los lunares en tu espalda?
Quizá regreses esta vez con los mismos ojos pero ya no hagas ese gesto con las cejas.
O tal vez ya no será el azul tu color preferido.
¿Cómo haré para reconocerte?
Lo único que se es que en tu ausencia me encuentro. Y nosotras te esperamos en silencio.
Con la ansiedad de un niño frente a un regalo de cumpleaños.
Con la certeza que la puerta pronto volverá a abrirse.