Blanca la piel que tocan mis manos.
Blanca la piel como nieve, como nube.
Roja la boca que roza mis labios.
Roja la boca como cereza, dulce como la miel.
Claros los ojos que reflejan los míos.
Ojos de mariposa, ojos de cielo.
La pesadumbre de mi alma desafía al amor,
le gana al amor.
Y así, en silencio,
continúan los besos como si nada pasara.
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