Ella hizo un trato con los gitanos,
no debían detener la rueda.
Se ven luces de colores,
se oyen gritos,
se mezclan los aromas.
Cuando están en lo más alto
se dibuja la ciudad,
y en silencio se miran y sonríen.
Desaparecen las estrellas
y a veces también los besos;
pero vuelven, siempre vuelven...
Sumergidos, ensimismados.
Siguen girando, siguen girando...
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