Entre sus manos gira la hoja seca.
Gira marrón, gira y se rompe...
Las gotas de lluvia forman hilos en su cabello negro y caen, caen...
Lavan su rostro de nieve, calmos sus ojos se cierran.
La humedad del pasto enfría sus pies descalzos,
y mira al cielo gris y sonríe.
Silencio, calma, quietud.
De pronto a lo lejos se dibuja un arco iris.
La imagen es difusa y los colores poco nítidos
pero el paisaje se torna aún mas bello
y en sus ojos se refleja la tarde
y sólo los latidos del corazón marcan el tiempo.
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