La cabeza en cualquier lado.
Camino descalza por la cocina.
Me como las uñas, me revuelvo el pelo con las manos.
Con ganas de hacer algo pero sin saber bien qué.
De a ratos miro por la ventana como esperando que varíe el paisaje.
Pasan los minutos, pasan las horas.
Me gustan las madrugadas.
Sigo dando vueltas.
Mañana es lunes e inevitablemente, siempre me desvelo los domingos.
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